Emprender es mucho más que buscarse la vida trabajando por tu
cuenta.
Emprender supone tomar la decisión de encontrar y
desarrollar nuestro propio talento e implica la posibilidad de decidir
nuestro propio destino.
Afortunadamente, el espíritu
emprendedor es una capacidad que se puede desarrollar desde la infancia
potenciando el desarrollo de ciertas aptitudes y, sobre todo, la
potenciación de ciertas actitudes.
La importancia de una actitud emprendedora
Mantener una actitud emprendedora nos permite tomar las riendas de nuestra vida y no dejarnos llevar por condicionantes sociales y las circunstancias del momento.
Una persona emprendedora es capaz de decidir sobre lo que quiere hacer con vida,
buscando alternativas que le permitan pasar por encima de las
limitaciones impuestas por los demás o por uno mismo, y adaptándose a
las circunstancias buscando oportunidades y fortalezas, incluso en lo
que a primera vista puede resultar negativo.
Esto es muy
importante en el plano laboral, tanto para personas que inician su
propio negocio como para quienes buscan trabajar para otros. Pero no es
menos importante en la vida personal a la hora de decidir qué rumbo
queremos tomar en nuestra vida.
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