El IRPF es junto con el IVA uno de los impuestos que más dolores de cabeza dan a los trabajadores autónomos.
El Impuesto sobre la Renta de las personas físicas es progresivo. Esto quiere decir que no es igual para todos, y que, cuánto más ganes, más se debe pagar.
Actualmente la retención en IRPF por rendimientos de actividades profesionales y el ingreso a cuenta por rentas del trabajo es del 15%. Es decir, trimestralmente, de todo lo facturado por el trabajo que se hayas realizado, deberás pagar el 15% de lo declarado a Hacienda y también será el porcentaje de IRPF que deberás aplicar en tus facturas.
Para liquidar el IRPF trimestralmente deberás presentar el modelo 130 o el modelo 131 en función del régimen de IRPF al que estés acogido.
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